La trampa de confundir la crianza respetuosa con la permisividad y malcriar (parte 1)
Cuando nos adentramos en el mundillo de la crianza respetuosa, es bastante el contenido que podemos encontrar en los distintos blogs bien sea de madres, educadores, pediatras, entre otros. Algunos la verdad muy alejados de lo que es en realidad la crianza respetuosa. Y entonces surgen mil dudas porque no sabemos si lo estamos haciéndolo bien o no, y la familia casi siempre echa más leña al fuego en lugar de aportar.
Además que si eres como yo, seguro visitarás las redes sociales y te toparas con la vida perfecta de muchos, cuyos hijos comen vegetales, jamás han hecho pataleta, tienen excelente gestión de sus emociones, nunca ven pantallas y hacen manualidades divinas, y esto con solo 2 añitos y en tu casa pasa exactamente lo contrario, por lo que no sabes que hacer, crees que todo lo haces mal y caes en varias trampas; yo hoy en día me rio porque al principio había tergiversado lo que significaba criar con respeto y no entendía muy bien lo que era el famoso acompañamiento emocional y aparte de todo me sentía la peor madre del mundo porque mi pequeña veía pantallas desde el año de edad, odiaba las verduras y cada que tenía una rabieta no sabía cómo actuar.
Como no quiero que atravieses por lo mismo que yo y tengas claro que no es la educación respetuosa y que si, te contaré algunas de las trampas en las que puedes caer cuando te decantas por esta clase de crianza.
Primero criar con respeto no es caer en la pendejada de dejarlos hacer lo que se les dé la gana, pasando por encima de los demás, con la excusa de que no se les puede coartar su libertad y que no hay frenar sus emociones.
¿Qué hacer para no caer en esta trampa? Entender que si bien hay que respetar a los niños teniendo en cuenta sus necesidades y etapas de desarrollo, hay que enseñarles que este principio también se aplica hacia los demás, es decir si tú permites que los pequeños salten en casa sobre los muebles, pero cuando llegan a la casa de la abuela, le da un paro cardíaco si se le trepan a sus muebles, pues tus hijos tendrán que respetar eso.
Y aquí te va la segunda trampa, está es de las más comunes y me he topado con muchos padres y madres que al igual que yo en su momento, han malinterpretado o les han enseñado erróneamente, lo que implica validar y acompañar las emociones, y entonces varios se reflejarán conmigo, se verán con una niña en pleno ataque tipo el exorcista, tirando juguetes y destruyendo medio cuarto y yo con el chip de que si quería ser respetuosa, solo debía decirle: “ Esta bien mi amor, estas enojada, te entiendo” y esquivando juguetes voladores sin detener esta acción.
¿Qué hacer para no caer en ello? Pues comprender que esto de sólo validar y acompañar sin intervenir físicamente, solamente es factible cuando el infante no se está haciendo daño así mismo, ni a los demás, ni al mobiliario, y físicamente me refiero a que si algo de lo anteriormente mencionado está sucediendo urge primero sujetar firme más no brusco, ( en amor) y en lo posible validar al menor (poner palabras a lo que debe sentir) o sino quedarnos callados, pero no permitir en lo absoluto que vuelen cosas, con el cuento de que si les sujetamos estamos faltándoles el respeto o es reprimir sus emociones.
Y quiero cerrar haciendo énfasis en esto, porque he oído infinidad de veces, sobre que no se le puede dar si quiera un abrazo si el crío no lo permite, y repito esto suena bonito , e insisto yo creí que era así en todo instante, hasta que deje la ñoñería y entendí que a un niño (a) descontrolado las palabras no le bastan en ocasiones para conectar su cerebro y bajarle el nivel a la ira, y si son muy pequeños no tienen la capacidad de autorregularse y dañarán a alguien o a ellos mismos, por tanto esto no es irrespeto, y es que no sé porque tenemos la tendencia de tratar a los más pequeños como si fuesen de Marte, y si así lo crees, entonces preguntarte lo siguiente; si tu esposo se ofusca con alguien y se va a los golpes, ¿No lo abrazas o sujetas para que pare? Piénsalo, es lo mismo con tu hijo (a). Si aún tras leer estas líneas tienes dudas entre lo que deseas, oyes o piensas y consideras que Gestando Conciencia tiene las herramientas para despejar tus dudas, acá estamos para ti.