Sabemos que los despertares son normales, todos nos despertamos con regularidad entre los ciclos de sueño, pero los adultos solo cambiamos de posición, nos arropamos o quitamos la sabana y seguimos durmiendo, apenas medio acordándonos al día siguiente. Por otro lado, encontramos que los recien nacidos se despiertan menos veces porque solo tienen dos fases de sueño y pasan más en fase profunda, pero a partir de los cuatro meses empieza la adquisición del resto de la fases que además son mas cortas que la de los adultos y por tanto tienen muchos microdespertares en comparación con nostras/os.
La capacidad de despertar es una cuestón de supervivencia, pues necesitamos verficar que no haya ningún peligro, y eso nosotras lo tenemos claro, pero los bebés no, para ellos un cambio en las condiciones de sueño puede significar un potencial peligro y por tanto llorarán y se despertarán muchas veces por completo hasta que no comprueban que no hay que tomar medidas de seguridad; y de paso reclamarán las mismas condiciones en las que se quedaron dormidos pues son con las que ya se sienten seguros.
Entonces a continuación te daremos 10 claves para que tu bebé duerma mejor disminuyendo los despertares:
- Supervisa y mantente atenta a las necesidades de confort y seguridad de tu bebé por las cuales se puede despertar, como: hambre o sed, sensación de calor o frío, malestar físico que va desde un pañal sucio-mojado o hasta sentir dolor.
- Organiza una buena rutina fácil de aplicar y predecible para tu bebé, que puedas mantener en el tiempo y no solo aplicar tu, sino cualquier otra persona que le cuide.
- Disminuye los estímulos dos horas antes de la hora de dormir en la noche y aplica la rutina no solo en estos momentos, sino también antes de cada siesta, de manera más breve, por supuesto.
- Aprende a reconocer sus señales de sueño para que le lleves a la cama cuando de verdad tenga ganas de dormir, pero no cuando esté muy cansado que le cueste conciliar el sueño.
- Revisa la temperatura y la luz para que todo sea óptimo.
- Enséñale a asociar el sueño de manera tal que necesite el mínimo soporte adulto para volverse a dormir entre cada despertar.
- Trabaja en mejorar primero el sueño diurno antes que el nocturno, pues esto te permitirá aplicar estas estrategias que encuentras en el día, más fácilmente en la noche.
- Ayúdale a estabilizar su ritmo biológico-circadiano de 24 horas, por ejemplo, proporcionandole ratos de sol que es el que más nos ayuda a regular nuestros ritmos.
- Si ya tiene asociaciones que te incomodan y afectan a todos, como que solo se duerma al pecho, con biberón, chupo, en brazos o con movimiento muy enérgico, empieza por romper la asociación mas difícil y de una en una, para que pueda adaptarse mejor y no la pase tan mal.
- Ten presente que durante estos procesos tu bebé puede llorar, pero tu tendrás siempre que consolarle y mantener la calma para enseñarle nuevos habitos de sueño, porque no le enseñarás a dormir, ya esto lo sabe hacer.
Recuerda que eres una fuerte influencia sobre los patrones de sueño y el comportamiento de tu bebé. Por ende lo que el o ella aprende a asociar con el sueño, sumado con tu capacidad para proporcionárselo tan frecuente como lo necesita, determinará en gran medida si duerme bien o no.
Ser consciente de estos factores y fomentar buenos hábitos desde que nacen son las CLAVES princiaples para que tu bebé duerma lo que necesita.
Apuntándote al taller de Sueño infantil respetuoso, Duerme bebé, aquí está mamá, puedes aprender a aplicar estas claves y de paso conseguirás más estrategias e información que te servirá para lograr noches más tranquilas con menos o ningún despertar de tu bebé
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